Tiene 27 años, acaba de terminar su carrera universitaria y desarrolló una aplicación que permite a los ciegos reconocer los colores, usando su celular. Susana Roldán - Diario de Cuyo
Combinar los colores de la ropa que se van a poner, cuando se visten por la mañana. O distinguir los colores que identifican a las distintas dosis de un medicamento. Tareas que para cualquier persona pueden resultar habituales y naturales, para las personas ciegas se convierten en algo imposible de realizar. Hasta ahora, porque una joven bioingeniera sanjuanina que rindió la última materia de su carrera hace un par de semanas, pensó y elaboró una aplicación para celulares, que permite a las personas no videntes identificar los colores. Se trata de Ana Laura Domínguez, una sanjuanina de 27 años que en el tramo final de su carrera, desarrolló una aplicación inédita, que en muy pocos pasos permite a las personas ciegas identificar los colores del entorno, a través de una salida audible.
La elección del tema de su tesis tuvo mucho que ver con su propia historia de vida. "Cuando uno se está por recibir, hay una lista de temas posibles para trabajar. De esa lista, yo quería buscar algo que tuviera dos condiciones: la primera, es que no hubiera algo parecido ya hecho y la segunda, que fuera de aplicación concreta para mejorar la calidad de vida de las personas, sobre todo de las que más lo necesitan. Gracias a la orientación del director, Juan Pablo Graffigna, encontré este tema y lo pude realizar", dijo.
"Siempre tuve una inclinación por las ciencias exactas", contó Ana Laura. Rubia, bonita y simpática, poco tiene que ver con el estereotipo de alguien dedicado a las ciencias duras, pero de su charla se desprende una profunda inquietud social que trae desde su adolescencia. "Yo quería estudiar algo que tuviera que ver con la ingeniería, porque siempre me gustó, pero que al mismo tiempo tuviera un costado humano y de ayudar a los demás. Y esas dos características tiene la Bioingeniería, que tiene una parte biológica muy fuerte y que se ocupa de desarrollar innovaciones al servicio de la salud de las personas", explicó la joven. Por eso, al mismo tiempo que cursó su carrera en la Facultad de Ingeniería de la UNSJ, se dedicó a misionar en un grupo juvenil de la Parroquia de San Francisco. "Misionamos en muchos lugares del país: Salta, Bariloche, entre otros. Y también en San Juan, porque descubrimos que nuestra gente tiene tantas necesidades como en otros puntos alejados", relató esta novel bioingeniera, que comparte con su novio Sergio no sólo el compromiso con esta tarea social sino también el amor por la Ingeniería. "Sergio es ingeniero electrónico y nos conocimos en la Facultad", reveló.
Hoy, Ana Laura trabaja en Hospital Rawson, haciendo mantenimiento de instalaciones y equipamiento médico, pero planifica seguir trabajando en su creación, el dispositivo que servirá para mejorar la calidad de vida de muchas personas disminuidas visuales. "Como toda cosa nueva, tiene mucho para perfeccionar. Pero lo que más me motiva es pensar que su aplicación concreta puede ayudar a muchas personas ciegas a recibir información de su entorno y hacer, de alguna manera, más fácil su cotidianeidad. Además mi intención es hacer de esta aplicación algo libre, que se pueda bajar desde Internet sin ningún tipo de restricción, para que todos puedan tener acceso", concluyó.
Bienvenidos a Dejá Escuchar, en su versión sólo texto, ideal para lectores de pantalla.
lunes, 1 de noviembre de 2010
miércoles, 22 de septiembre de 2010
Curso de lecto escritura Braile
El viernes veinticuatro de septiembre, a las seis de la tarde comienza el Curso de lecto-escritura Braille, orientaciones para la enseñanza de las personas con discapacidad visual en la Universidad del Comahue, General Roca. (Patagonia Argentina)
Cada nivel consta de tres meses, con un costo de cincuenta pesos para docentes y cuarenta pesos para el público en general. Para mayor información consultar en el Área de Accesibilidad de la Secretaría de Extensión de la FADECS , en el edificio nuevo.
martes, 13 de abril de 2010
Lanzan una publicación pornográfica para ciegos
Tiene imágenes en relieve de desnudos y descripciones en Braile dirigida a ciegos y discapacitados visuales.
La fotógrafa canadiense Lisa Murfy es la artífice de "Tactil Mainds", una publicación pornográfica con imágenes en relieve de desnudos y descripciones en braille dirigida a ciegos y discapacitados visuales.
El libro, que se puede adquirir por ciento cincuenta libras (unos docientos treinta dólares), incluye dies y siete imágenes en relieve realizadas a mano que muestran, por ejemplo, a una mujer desnuda en una "pose de discoteca", unos "pechos perfectos" y un hombre a modo de "robot del amor".
La fotógrafa, que tiene un certificado en gráficos táctiles del Instituto Nacional para Ciegos de Canadá, aprendió a crear imágenes táctiles de animales utilizadas para los libros de los niños con discapacidades visuales.
Murfy explicó que con este libro no hizo más que llenar un "nicho de mercado" ya que, según dijo, "no existen libros con imágenes de desnudos para adultos con problemas de visión".
"Se trata de un producto rompedor. 'Pley boy' tuvo una edición con texto en braile entre mil nueve setenta y mil nueve ochenta y cinco, pero no incluía imágenes", afirmó Murfy, para quien "los ciegos han sido marginados en una sociedad saturada de imágenes sexuales".
Los relieves van acompañados de descripciones en braille que explican qué ropa llevan los protagonistas de las imágenes, para las que Murfy tomó como modelos a amigos ataviados con máscaras.
La fotógrafa canadiense Lisa Murfy es la artífice de "Tactil Mainds", una publicación pornográfica con imágenes en relieve de desnudos y descripciones en braille dirigida a ciegos y discapacitados visuales.
El libro, que se puede adquirir por ciento cincuenta libras (unos docientos treinta dólares), incluye dies y siete imágenes en relieve realizadas a mano que muestran, por ejemplo, a una mujer desnuda en una "pose de discoteca", unos "pechos perfectos" y un hombre a modo de "robot del amor".
La fotógrafa, que tiene un certificado en gráficos táctiles del Instituto Nacional para Ciegos de Canadá, aprendió a crear imágenes táctiles de animales utilizadas para los libros de los niños con discapacidades visuales.
Murfy explicó que con este libro no hizo más que llenar un "nicho de mercado" ya que, según dijo, "no existen libros con imágenes de desnudos para adultos con problemas de visión".
"Se trata de un producto rompedor. 'Pley boy' tuvo una edición con texto en braile entre mil nueve setenta y mil nueve ochenta y cinco, pero no incluía imágenes", afirmó Murfy, para quien "los ciegos han sido marginados en una sociedad saturada de imágenes sexuales".
Los relieves van acompañados de descripciones en braille que explican qué ropa llevan los protagonistas de las imágenes, para las que Murfy tomó como modelos a amigos ataviados con máscaras.
viernes, 12 de marzo de 2010
Para ver los Juegos Paralímpicos de invierno
Como en todos los juegos, el sitio Paralympic.org ofrece el sitio Paralympic TV, transmitiendo una gran variedad de competencias.
jueves, 11 de marzo de 2010
Empiezan los Juegos Paralímpicos de Invierno
Desde el próximo Viernes doce de marzo y hasta el Domingo veintiuno se llevarán a cabo los Juegos Paralímpicos de Invierno en la ciudad de Vancuver, Canadá.
Vancuver será el primer Juego Paralímpico de invierno de la historia en contar con deportistas argentinos. Los pioneros en la nieve serán los esquiadores Juan Ignacio Maggi y Leonardo Martínez que competirán del doce al veintiuno de marzo en Canadá.
La clasificación no fue fácil. Ambos atletas llegan a la cita olímpica gracias a sendos Waild Card (invitación especial) otorgados por el Comité Paralímpico Internacional y gestionados por el Comité Paralímpico Argentino (CoPAR) y la Federación Argentina de eSki y Andinismo (FASA). Sin dudas, este debut olímpico puede celebrarse tanto como haber subido al podio. José María Valladares, presidente del CoPAR sostiene que tener esta oportunidad es “algo impresionante y muy positivo para el deporte argentino”. Como condición, Maggi y Martínez debieron participar de la Copa de Europa en la ciudad de Piztal – Austria, donde sellaron su pasaporte a Canadá.
Esta es la décima edición de los Juegos Paralímpicos de invierno, que se realizan cada cuatro años desde mil nueve setenta y seis, inmediatamente después de los Olímpicos. En esta oportunidad los deportistas con diferentes discapacidades competirán en cinco disciplinas: esquí (alpino y cross country), biathlon, curling en silla de ruedas y sledg hockey (se juega sobre un carrito que se desliza en el hielo). Los pesos pesados en este tipo de torneos son los países nórdicos, Alemania y Estados Unidos, siempre en el primer pelotón del medallero.
Aquí están, estos son.
Juan Ignacio Maggi tiene cuarenta y sieteaños, y a pesar de las secuelas de una poliomielitis, siempre ha sido un fanático del deporte y está acostumbrado a los grandes desafíos: corrió maratones en Nueva shork, Roma, Argentina y Barcelona en su bicicleta de mano con la que también cruzó los Alpes suizos. “Mi mayor satisfacción en el deporte fue en una maratón de cinco kilómetros en Córdoba, que hice con bastones canadienses. Llegué treinta minutos después del último pero había tres mil personas esperándome para aplaudirme. Fue una gran emoción”, recuerda Maggi.
Luego de varios intentos fallidos, aprendió a esquiar con Christian Alias (hoy couch del equipo argentino que viaja a Vancouver). Una vez que Juan Ignacio tuvo su silla propia para poder esquiar (un carrito que se apoya en uno o dos esquíes), el pensamiento de ambos fue el mismo: “Hasta las olimpíadas no paramos”.
Luego se sumaría al proyecto el malargüino Leonardo “Poke” Martínez, de treinta y cuatro años, ex instructor de eski de la Escuela de Valle de Las Leñas, que hace tres años sufrió un accidente que lo dejó en silla de ruedas. Hoy, sigue haciendo lo que más le gusta y junto con su compañero de equipo se entrenan hasta cinco horas por día con la cabeza puesta en las pistas de Vancouver. Ambos participarán en esquí alpino. Este es uno de los deportes más “adaptables” para personas con discapacidad: tiene diescisiente variedades y lo practican deportistas ciegos, discapacitados mentales o motores.
El equipo argentino lo completa Valeria Grandinetti, jefa de la delegación, que desde Las Leñas dirige la Federación argentina de eSki y Andinismo y tuvo mucho que ver en este logro. ¿Pensar en una medalla es una utopía? “Sin antecedentes logramos la clasificación, que es el sueño más grande de un atleta. Ahora los principales rivales somos nosotros mismos”, explica. Sobre los sueños y posibilidades de podio, Maggi es claro: “Siempre soñé con esto pero de la mano de la bici, nunca pensé que participaría en esquí. Por mi parte no hay ninguna posibilidad de una medalla, creo que mi triunfo fue abrir el camino. Estamos seguros de que en adelante vendrán muchos más”.
Más allá de lo difícil que será subir al podio, el deporte argentino da un paso gigante en su desarrollo. Eso también es para festejar.
Vancuver será el primer Juego Paralímpico de invierno de la historia en contar con deportistas argentinos. Los pioneros en la nieve serán los esquiadores Juan Ignacio Maggi y Leonardo Martínez que competirán del doce al veintiuno de marzo en Canadá.
La clasificación no fue fácil. Ambos atletas llegan a la cita olímpica gracias a sendos Waild Card (invitación especial) otorgados por el Comité Paralímpico Internacional y gestionados por el Comité Paralímpico Argentino (CoPAR) y la Federación Argentina de eSki y Andinismo (FASA). Sin dudas, este debut olímpico puede celebrarse tanto como haber subido al podio. José María Valladares, presidente del CoPAR sostiene que tener esta oportunidad es “algo impresionante y muy positivo para el deporte argentino”. Como condición, Maggi y Martínez debieron participar de la Copa de Europa en la ciudad de Piztal – Austria, donde sellaron su pasaporte a Canadá.
Esta es la décima edición de los Juegos Paralímpicos de invierno, que se realizan cada cuatro años desde mil nueve setenta y seis, inmediatamente después de los Olímpicos. En esta oportunidad los deportistas con diferentes discapacidades competirán en cinco disciplinas: esquí (alpino y cross country), biathlon, curling en silla de ruedas y sledg hockey (se juega sobre un carrito que se desliza en el hielo). Los pesos pesados en este tipo de torneos son los países nórdicos, Alemania y Estados Unidos, siempre en el primer pelotón del medallero.
Aquí están, estos son.
Juan Ignacio Maggi tiene cuarenta y sieteaños, y a pesar de las secuelas de una poliomielitis, siempre ha sido un fanático del deporte y está acostumbrado a los grandes desafíos: corrió maratones en Nueva shork, Roma, Argentina y Barcelona en su bicicleta de mano con la que también cruzó los Alpes suizos. “Mi mayor satisfacción en el deporte fue en una maratón de cinco kilómetros en Córdoba, que hice con bastones canadienses. Llegué treinta minutos después del último pero había tres mil personas esperándome para aplaudirme. Fue una gran emoción”, recuerda Maggi.
Luego de varios intentos fallidos, aprendió a esquiar con Christian Alias (hoy couch del equipo argentino que viaja a Vancouver). Una vez que Juan Ignacio tuvo su silla propia para poder esquiar (un carrito que se apoya en uno o dos esquíes), el pensamiento de ambos fue el mismo: “Hasta las olimpíadas no paramos”.
Luego se sumaría al proyecto el malargüino Leonardo “Poke” Martínez, de treinta y cuatro años, ex instructor de eski de la Escuela de Valle de Las Leñas, que hace tres años sufrió un accidente que lo dejó en silla de ruedas. Hoy, sigue haciendo lo que más le gusta y junto con su compañero de equipo se entrenan hasta cinco horas por día con la cabeza puesta en las pistas de Vancouver. Ambos participarán en esquí alpino. Este es uno de los deportes más “adaptables” para personas con discapacidad: tiene diescisiente variedades y lo practican deportistas ciegos, discapacitados mentales o motores.
El equipo argentino lo completa Valeria Grandinetti, jefa de la delegación, que desde Las Leñas dirige la Federación argentina de eSki y Andinismo y tuvo mucho que ver en este logro. ¿Pensar en una medalla es una utopía? “Sin antecedentes logramos la clasificación, que es el sueño más grande de un atleta. Ahora los principales rivales somos nosotros mismos”, explica. Sobre los sueños y posibilidades de podio, Maggi es claro: “Siempre soñé con esto pero de la mano de la bici, nunca pensé que participaría en esquí. Por mi parte no hay ninguna posibilidad de una medalla, creo que mi triunfo fue abrir el camino. Estamos seguros de que en adelante vendrán muchos más”.
Más allá de lo difícil que será subir al podio, el deporte argentino da un paso gigante en su desarrollo. Eso también es para festejar.
martes, 2 de marzo de 2010
Literatura entre sombras
Publicado en revista ene.com
De una vida normal directo al infierno y de allí al Purgatorio hasta quién sabe cuándo. En esos términos dantescos Carlos Lima Coimbra define su destino de ceguera. Desde hace seis años convive con una enfermedad inmunológica irreversible que redujo drásticamente su capacidad visual. Llegó a perder la totalidad de la visión, aunque ahora pudo recuperar parcialmente la de su ojo izquierdo. Lector compulsivo, lo primero que pensó por esos días oscuros de 2004 fue cómo salvaguardar el refugio de la literatura. Pero fue recién cuando sumó 500 audiolibros en su biblioteca que decidió compartirlos. Para eso formó el Centro Iberoamericano Cultural de Audio Lectura y Educación (Cicale), la ONG donde llegó a almacenar alrededor de 3600 audio y videolibros.
A pesar de que tiene audiolectores en todo el país, que gratuitamente envían y reciben textos en cds y Mp3, y que desde el año pasado provee un servicio a escuelas del partido de Vicente López, no recibe un peso del Estado nacional, provincial o municipal. A puro pulmón, empuja el sueño de esta particular biblioteca en su casa de Villa Martelli, junto a la directora administrativa Adriana M. Nos chese, el director institucional Luis Sánchez Trucido y el apoyo de su familia.
El audiolibro es un mercado desarrollo y en constante crecimiento en Estados Unidos, el Reino Unido y Alemania. En Argentina, en cambio, casi todas las editoriales que se animaron al formato antes de la revolución del Mp3 quebraron en poco tiempo.
Con el pasar del tiempo Lima Coimbra descubrió que los audiolibros no eran sólo una posibilidad para que las personas con discapacidades visuales, motrices o neurológicas pudieran seguir disfrutando de la literatura. También, encontró que podía mejorar las condiciones de las personas con síndrome de Down, autismo, Parkinson, dislexia, y también de los enfermos terminales. Los audiolibros son además otro soporte para los lectores autodenominados normales.
"Parece simple. Nosotros proveemos a escuelas con una computadora, un disco rígido con archivos. Con nuestro método el cuento del Principito está musicalizado, con efectos sonoros y con una voz profesional, además de la posibilidad de la repetición, pausar, etc.", explica el hacedor de este milagro, que se ampara en la ley 26285 de propiedad intelectual que contempla una exención de los derechos de autor para personas ciegas y con otras discapacidades perceptivas.
"Comenzamos con muy pocos títulos y fuimos creciendo en calidad y material. Los socios son muy agradecidos", explica la directora Noschese cuando repasa los cinco años de esta biblioteca única en el país. Las bibliotecas oficiales para ciegos y discapacitados tienen un crecimiento irregular, que siempre reacciona tarde a la aparición de las nuevas tecnologías. El crecimiento de los costos de la edición en braille condena casi siempre a los lectores a perderse de cualquier novedad editorial de los últimos cuarenta años.
Otras experiencias como Tiflolibros, la primera Biblioteca Digital para Ciegos de Habla Hispana, han demostrado la posibilidad de conformar nuevos espacios de lectura. Sin embargo, la voz electrónica de esos libros no se compara con la locución profesional de los contenidos del Cicale y mucho menos con los textos leídos por el propio Borges, Cortázar y tantos otros escritores consagrados.
Lima Coimbra no oculta su ambición altruista de seguir creciendo y ayudando a un universo marginado de lectores. Si por él fuera –dice- subiría a Internet los 3600 títulos que guarda en su casa. El costo de un servidor y de una plataforma con la capacidad suficiente para soportar tamaña biblioteca, acotado para cualquier organismo gubernamental es demasiado alto para Lima Coimbra. Un pecado. Un pecado argentino.
De una vida normal directo al infierno y de allí al Purgatorio hasta quién sabe cuándo. En esos términos dantescos Carlos Lima Coimbra define su destino de ceguera. Desde hace seis años convive con una enfermedad inmunológica irreversible que redujo drásticamente su capacidad visual. Llegó a perder la totalidad de la visión, aunque ahora pudo recuperar parcialmente la de su ojo izquierdo. Lector compulsivo, lo primero que pensó por esos días oscuros de 2004 fue cómo salvaguardar el refugio de la literatura. Pero fue recién cuando sumó 500 audiolibros en su biblioteca que decidió compartirlos. Para eso formó el Centro Iberoamericano Cultural de Audio Lectura y Educación (Cicale), la ONG donde llegó a almacenar alrededor de 3600 audio y videolibros.
A pesar de que tiene audiolectores en todo el país, que gratuitamente envían y reciben textos en cds y Mp3, y que desde el año pasado provee un servicio a escuelas del partido de Vicente López, no recibe un peso del Estado nacional, provincial o municipal. A puro pulmón, empuja el sueño de esta particular biblioteca en su casa de Villa Martelli, junto a la directora administrativa Adriana M. Nos chese, el director institucional Luis Sánchez Trucido y el apoyo de su familia.
El audiolibro es un mercado desarrollo y en constante crecimiento en Estados Unidos, el Reino Unido y Alemania. En Argentina, en cambio, casi todas las editoriales que se animaron al formato antes de la revolución del Mp3 quebraron en poco tiempo.
Con el pasar del tiempo Lima Coimbra descubrió que los audiolibros no eran sólo una posibilidad para que las personas con discapacidades visuales, motrices o neurológicas pudieran seguir disfrutando de la literatura. También, encontró que podía mejorar las condiciones de las personas con síndrome de Down, autismo, Parkinson, dislexia, y también de los enfermos terminales. Los audiolibros son además otro soporte para los lectores autodenominados normales.
"Parece simple. Nosotros proveemos a escuelas con una computadora, un disco rígido con archivos. Con nuestro método el cuento del Principito está musicalizado, con efectos sonoros y con una voz profesional, además de la posibilidad de la repetición, pausar, etc.", explica el hacedor de este milagro, que se ampara en la ley 26285 de propiedad intelectual que contempla una exención de los derechos de autor para personas ciegas y con otras discapacidades perceptivas.
"Comenzamos con muy pocos títulos y fuimos creciendo en calidad y material. Los socios son muy agradecidos", explica la directora Noschese cuando repasa los cinco años de esta biblioteca única en el país. Las bibliotecas oficiales para ciegos y discapacitados tienen un crecimiento irregular, que siempre reacciona tarde a la aparición de las nuevas tecnologías. El crecimiento de los costos de la edición en braille condena casi siempre a los lectores a perderse de cualquier novedad editorial de los últimos cuarenta años.
Otras experiencias como Tiflolibros, la primera Biblioteca Digital para Ciegos de Habla Hispana, han demostrado la posibilidad de conformar nuevos espacios de lectura. Sin embargo, la voz electrónica de esos libros no se compara con la locución profesional de los contenidos del Cicale y mucho menos con los textos leídos por el propio Borges, Cortázar y tantos otros escritores consagrados.
Lima Coimbra no oculta su ambición altruista de seguir creciendo y ayudando a un universo marginado de lectores. Si por él fuera –dice- subiría a Internet los 3600 títulos que guarda en su casa. El costo de un servidor y de una plataforma con la capacidad suficiente para soportar tamaña biblioteca, acotado para cualquier organismo gubernamental es demasiado alto para Lima Coimbra. Un pecado. Un pecado argentino.
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